Ahí estaba ella en nuestra primera sesión. Con la misma mirada fantasiosa de todos: “esa que espera que 20 años de actuar de la misma manera, cambien en sólo 60 minutos”.
Le pregunté: ¿Por qué estás aquí?
Su respuesta inmediata fue: “¡Porque soy una “tonta! Soy una tonta que no termina de enfrentar sus miedos para independizarse profesionalmente. Una tonta que no soporta el control de su marido, pero no tiene la determinación para ponerlo en su sitio. Una tonta que sus hijos no la respetan, porque no tiene el carácter para hacer lo que dice que va a hacer”.
Así estuvimos durante toda la sesión. Ella quería ser más decidida, segura de sí y fuerte internamente, pero lo único que repetía incesantemente era un “monólogo de ataques contra sí.
Nuestros diálogos internos juegan un rol muy importante en la creación de la vida que tenemos.
Son nuestros pensamientos quienes nos ayudan a interpretar el mundo y responderle a sus demandas. Desde ellos creamos nuestra realidad, manejamos nuestras emociones y sobretodo damos significado a aquello que percibimos o experimentamos.
Podemos expandir nuestro poder de acción generando efectividad, satisfacción y bienestar personal o profesional, si ampliamos y modificamos nuestras observaciones e interpretaciones de la realidad y nosotros mismos.
Tal vez no estoy diciendo algo que no sepas. Pero aunque estés consciente de ello, la verdad es que no siempre usamos este conocimiento para nuestro beneficio, sino que dejamos que nuestra mente se encargue por sí sola de crear un mundo en el que somos menos y podemos menos.
Decimos: “Así es como soy, estos son mis miedos, esto es lo que pienso de mí, estas son mis debilidades, eso es lo que no puedo hacer…” Como si todo eso fuera algo fijo e inmutable y nos doblegamos ante la resignación del no poder cambiar.
Si queremos saltar la barda y dejar atrás la triste realidad de la resignación, es importante que a partir de este momento nos preguntemos en qué área de nuestra vida nos estamos saboteando a nosotros mismos con pensamientos descalificadores que no nos permiten avanzar.
¿Cuáles son esas conversaciones desestimulantes que mantienes contigo mismo(a) y que no te permiten hacer cambios?
Una vez que comiences a tomar conciencia de tus diálogos internos, es bueno que hagas una lista de esos “adjetivos desmotivantes” para rebatirlos con una “lista de talentos” (cosas que haces bien) y habilidades que sabes que tienes. Una vez que tengas tu lista, proponte mirarla con el convencimiento de que esto:
-Lo sé. – Lo hago. – Me lo creo. – Lo disfruto. – Me da resultados cuando me lo propongo.
¡El cambio está a tu alcance! Permítete llenarte de satisfacción a través de los pequeños logros en el quehacer diario. Desde allí, más temprano que tarde crearás un nuevo patrón de pensamiento estimulante que será la base para construir una realidad superior a la que tienes.
Al final “Ella” terminó su sesión y al preguntarle: ¿Qué te llevas de nuestro encuentro de hoy? Sin titubear me respondió: Que no podré hacer nada de lo que quiero, si me sigo maltratando a mí misma. Primero porque los demás seguirán sin valorarme o sin respetarme y segundo porque yo misma no confiaré en nada de lo que vaya intentando y me seguiré saboteando.
¡Yo sonreí satisfecha como Coach! Ya el proceso de transformación había comenzado.
¿Te interesaría tener una sesión de asesoría conmigo y emprender algún proceso de transformación que desde hace rato sabes que necesitas? No importa donde estés, puedo atenderte. Escríbeme, será un gusto leerte: celesteamaro77@gmail.com Sígueme en las redes como: @CelesteAmaroC.
Lic. Celeste Amaro – Asesora en Expansión personal y profesional