La primera entrega de este artículo, fue cerrada con la idea de que el comentario, el rumor y el chisme se encuentran emparentados, y por esto, resulta fácil confundirlos.
Para establecer claramente dónde se encuentra la diferencia entre ellos, se hace necesario poner en relieve sus similitudes:
a) Son tres tipos de comunicación humana, destinadas al intercambio de información.
b) Se generan únicamente en la comunicación humana.
c) El mensaje se trasmite a través de la tríada de elementos clásica: Emisor, Receptor y Contexto.
d) Se valen del discurso “Se dice que…”, con el objeto de controlar a una audiencia específica. Esto quiere decir, crear expectativas, establecer contextos y manejar hipótesis.
e) Las personas involucradas en la comunicación comparten y manejan información más o menos uniforme, y es en las diferencias o imprecisiones, donde se encuentra el espacio que les da vida.
f) Establecen y mantienen las relaciones entre los interlocutores.
La diferencia más relevante (si no única) entre el chisme, el rumor y el comentario, es que tanto rumores como comentarios, NO son emitidos con la intención de dañar a un tercero (aspecto que define intrínsecamente al chisme), si no con la intención de obtener o corroborar la información que se tiene.
Entonces, cuando un compañero de trabajo nos aborda con un “andan diciendo por ahí que van a darle la promoción a X”, estamos ante un rumor que persigue clarificar -de manera indirecta-, la veracidad de la información que maneja.
Asimismo, cuando te sorprendas diciendo “la verdad es que no sé, no estoy muy a gusto con su actuación”, estás emitiendo un comentario, un parecer, una impresión personal que no lleva ninguna carga negativa, o intención destructiva.
Sin embargo, las [malas] intenciones pueden ser añadidas posteriormente (consciente o inconscientemente), por quien repite o procesa la información compartida.
Es este aspecto lo que hace a todo rumor o comentario, sensible de ser convertido en un chisme; y es por este mismo aspecto que tendemos a calificar como chisme a todo comentario o rumor que se nos atraviesa en el camino.
Entonces, más que gracias al chisme, es gracias a la interacción social que obtenemos información que nos interesa, y a partir de ella, construimos redes sociales basadas en cercanías y similitudes con nuestros pares, y afianzamos los nexos que con ellos creamos.
Aún así, parece ser que el chisme se lleva el premio en cuanto a eficacia para hacernos reaccionar, y relacionarnos con nuestros pares en todos los ámbitos en donde nos desenvolvemos (laboral, educativo y doméstico, entre otros).
En otras palabras, es muchas veces gracias al chisme, que sabemos a quién tratar y cómo hacerlo para obtener beneficios tales como reconocimiento y mejoramiento en nuestras condiciones.
Al margen de esta reflexión, es bueno mantener presente que no toda la información que obtenemos por este medio es útil, buena, o necesaria. ¿Cómo filtrarla? En la última entrega te daré algunas reflexiones para tu consideración sobre este tema.
Nos vemos en breve.
Azury Mendoza – Coordinadora Editorial
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