¿Te ha pasado alguna vez que dejas algún encargo, y aunque te esmeras en especificar cómo, cuándo, por qué y para qué lo quieres, no obtienes lo que esperas?
Este artículo recoge algunos tips que, en mi experiencia como Conferencista Internacional, funcionan maravillosamente para evitar que esto suceda.
Tip 1: Valida la información que das
Cuando hables, verifica que tu mensaje fue comprendido. Verificar no se trata de decir: “A ver, ¿qué acabo de decir?”, o “repíteme lo que entendiste”, porque suena agresivo y tosco.
Frases como: “vamos a recapitular para que no haya malos entendidos”, o “¿podemos resumir la conversación?” son muy buenos para validar. Esto además, ahorra tiempo y malos ratos.
Tip 2: Cuida la congruencia entre mensaje y lenguaje corporal
Cuando notes un divorcio entre señales no verbales y respuestas recibidas, llama a capítulo a quien te manda el mensaje cuidando siempre la cortesía, pero manteniendo la firmeza.
Frases del tipo: “Por favor, centra tu atención en mí”, o “si me atiendes ahora, te dejaré a tus anchas para que atiendas el teléfono”, vienen muy bien a este propósito.
Tip 3: Evita decir comentarios que no agregan valor
Comunicarse consiste en expresar y comprender todo aquello que mejora la interacción (y aun la relación), permite lograr acuerdos, y enfocar las acciones.
Si NO se gana nada bueno con un comentario y además, cabe la posibilidad de causar malestar o dañar la relación, es preferible guardar silencio.
Tip 4: Comprométete con tu interlocutor
Cuando te comuniques, respóndete estas preguntas:
1. ¿Se entienden mis palabras?
2. ¿Mis palabras y gestos son congruentes?
3. ¿Estoy respetando el derecho y necesidad de habla de mi interlocutor?
4. ¿Respeto sus percepciones y sentimientos?
Estas preguntas te darán otra visión de ti mismo al momento de comunicarte.
Tip 5: Cuida la elegancia y la cortesía en todo momento
Aunque tus argumentos difieran de los de tu(s) interlocutor(es), no son una amenaza directa a tu vida. Entonces, ¿por qué tratarlo como un enemigo a muerte cuando no están de acuerdo?
Si no tiene razón, ¿de qué te preocupas? Y si la tiene, ¡ocúpate! No pierdas el tiempo ofendiendo, o sintiéndote atacado por una diferencia de opiniones… más todavía si puedes terminar beneficiándote de esa disparidad.
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Coordinación Editorial de la Revista NuevaMente
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