Nadie se salva de enfrentar un mundo lleno de cambios que a primera vista cuesta asimilar.
Todos hemos vivido alguna vez momentos donde hemos pensado que la gente o el mundo es una m…, que nada tiene sentido o que no tenemos fuerza para seguir.
Puede que alguna vez no nos valoraron como queríamos en un trabajo o pareja, quizás un proyecto no salió como esperábamos o simplemente nos estamos preguntando ante un momento crítico: ¿quién soy?, ¿qué quiero?, ¿y ahora qué hago?
Soy tan humano como tú y también he sentido decepciones, temores y confusiones como esas. Sin embargo sé por experiencia recurrente, que en los momentos más oscuros cuando me sentí más frustrado, cuando no vi esperanza, cuando el flujo de dinero ha estado trancado, cuando mi salud se ha visto golpeada o cuando la nostalgia o el duelo me han invadido, siempre apareció:
1) Una solución inesperada.
2) Alguien que me tendió la mano desinteresadamente.
3) Una persona con argumentos de esperanza que no había visto.
4) Una «casualidad» que me dio algo que me faltaba.
5) Unos beneficios posteriores, que explicaron «por qué tenía que vivir y aprender” de lo que me pasaba.
6) Un trabajo oportuno que me dio el dinero para pagar lo necesario.
7) Razones indiscutibles de cómo algo no me convenía y debía soltar mi apego a eso.
8) Un reforzamiento de mi fe, al ver que se pierden unas cosas y se ganan otras.
9) Unos talentos / capacidades / oportunidades que no sabía que podía aprovechar.
10) Alguien que vino a demostrarme el sentido de volver a confiar, amar, perseverar y/o tener paciencia.
¡No importa cuán terrible se vea el panorama a tu alrededor! El tiempo siempre demuestra que detrás de todo lo que sucede, pueden haber nuevas bendiciones.
Eso si, sólo para aquellos que deciden transformarse, ver lo que pasa con ojos renovados y buscar nuevas alternativas.
La diferencia entre sentirse momentáneamente y permanentemente “jodido” (así lo dicen muchos en el día a día), tiene tres diferenciadores: ACTITUD, DETERMINACIÓN y FE:
Si lo que has hecho hasta ahora no te resulta, desde esa fe, ¡reinvéntate y cambia de rumbo!
Deja de «creer que lo que vives es la única realidad» y comienza CREAR ALTERNATIVAS DIFERENTES que te sumen bienestar a ti y en lo posible a otros.
Presagiar que todo será peor, es aceptar que no harás nada para «transformarte o moverte», que no estás dispuesto(a) a aprender algo nuevo y que no tienes esa fe espiritual que tanto decimos tener.
Si tú puedes certificar que al menos «UNA VEZ» te pasó algo de lo que mencioné en los 10 items y que hay gente igual a ti que ha podido con desafíos similares, tienes la pruebas palpables de que “sin duda” todo saldrá bien.
La esperanza y la fe no vienen por los resultados. Los resultados vienen por actuar con esperanza y fe.
¡Coño muévete!
Nos vemos en cada sueño por construir.
Gabriel Ruda
P.D. Esto lo escribe el amigo cercano que quiere verte bien… Si esto fuera un café entre tú y yo, sabes que el lenguaje sería sencillo e informal como el que coloqué aquí.
Gabriel Ruda – Conferencista Internacional
Sígueme: @GabrielRudaPino (Twitter, Instagram, Facebook, Linked In, SoundCloud, Youtube)