En mi criterio, la mejor respuesta a la pregunta del artículo, se aproxima a una «versión propia» de una historia que escuché hace algunos años.
Un hombre dormía profundamente en su cabaña. De repente una luz iluminó su habitación y apareció un ángel.
Éste le dijo: «tengo un gran trabajo para ti». Lo llevó al frente y le enseñó un gran peñasco que había caído de la montaña y rodado justo hasta el frente de su casa. Dios te manda a decir, que tu misión será empujar esa piedra con todas tus fuerzas cada día, desde el amanecer.
El hombre no dudó. Al salir los primeros rayos de sol se levantó, siguió las instrucciones y comenzó con la faena. Como siempre pasa, rápidamente los días se volvieron semanas, las semanas meses y los meses empezaron a volverse años.
Desde que salía el alba, hasta el anochecer, el hombre empujaba la rugosa, pesada y fría piedra con todas sus fuerzas. Sin embargo, esta no se movía y no aparecía ninguna señal que le diera esperanza.
Así continuó y todas las noches entraba a su cabaña muy cansado, sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.
Un buen día su frustración llegó al nivel más alto y una voz con un tono maligno apareció en su mente…
Le dijo: «Has estado empujando esa piedra por mucho tiempo y no se ha movido. Te pusieron a hacer algo imposible y lo único que estás logrando, es lucir como un fracasado ante la gente que pasa y te ve».
La voz le vulneraba cada vez más su creciente frustración y a los pocos días le dijo: «¿Para qué te esfuerzas todo el día en algo que es imposible? ¿Por qué mejor no haces un mínimo esfuerzo o dejas de malgastar energía innecesaria?
El hombre comenzó a considerar lo que la voz le decía, ¡sonaba lógico! Sin embargo, decidió arrodillarse con humildad, elevar una oración a Dios y confesarle sus sentimientos:
– «Señor, he trabajado duro por mucho tiempo y he seguido fiel y servilmente tu voluntad. He estado usando todas mis fuerzas para mover esa gran piedra, pero aún así no he podido moverla ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué permites que fracase de esta manera? «
– El Señor se conmueve, aparece y le responde con una gran compasión: «Hijo amado, cuando te pedí a través del ángel que siguieras mis instrucciones, dije que tu tarea era empujar la piedra con todas tus fuerzas y lo has hecho con consciencia, esmero y enfoque.
¡Yo nunca dije que esperaba que la movieras! Tu tarea era simplemente empujar.
– El hombre le pregunta, ¿Pero señor, para qué me enfrentaste a una tarea en la que sabías que iba a fracasar?
– ¿Y qué te hace pensar que fracasaste? dijo Dios.
Mira tus brazos… ¡Están fornidos y musculosos! Siente como está fortalecida tu espalda, mira la potencia de agarre que tienen tus manos. Date cuenta de lo resistentes que se han vuelto tus piernas. Recuerda todas las horas de reflexión que tuviste en el silencio y observa como tu alma ha logrado estar en paz, mientras empujabas con fe…
La roca no se ha movido, pero tu cuerpo, tu mente y tu corazón, se han movido a un nivel más alto de fortaleza y de conexión conmigo. Incluso la gente que ha pasado y te ha preguntado, a diferencia de lo que te dijo «esa voz», ha continuado su camino inspirada en tu fe ciega.
¡Empuja la piedra otra vez! Ordenó la voz.
– ¿Seguro señor? – ¡Si, confía en mí!
El hombre colocó las manos en la piedra, empujó con todas sus fuerzas y esta inesperadamente se fracturó en varios pedazos.
– Con cara de sorpresa, preguntó: ¿Por qué ahora si se rompió?
– Por qué no fue este empujón el que la rompió, sino todo el esfuerzo previo que hiciste. Porque la fuerza más poderosa, es la consciencia de que vas hacia adelante con una mejor versión de ti. Y porque la fe (sin dudas, ni ansiedad) hace que los esfuerzos den milagrosamente sus frutos. A veces tarda, pero siempre llega. ¡Así es la vida!
Y con estas palabras, desapareció.
¿Captas el mensaje?
Algunas veces hay situaciones que NO están bajo nuestro control y por más esfuerzo que pongamos, el resultado no sucederá cuando, ni como queremos.
Sólo el tiempo vivido con un corazón y una mente abierta, nos hace descubrir cómo nos vamos fortaleciendo, aprendiendo y transformando. Mientras pareciera que sólo perdemos el tiempo.
El intelecto sólo ve opciones de A-B para analizar lo que sucede. Es decir: «Hicimos esto, y sólo se ve esto». Ahí el cerebro pierde la visión de «bosque» y se queda sólo viendo «el árbol».
La verdadera fe, comprende que la vida tiene leyes universales evolutivas mucho más amplias y que en el universo hay sucesos favorables e inesperados, que abarcan un abecedario de inimaginables posibilidades…
Así que los «bromistas» (jod…es) de la idiosincracia latina, que pueden tomar la historia a chiste y que podrían decir con sarcasmo: «Bueno, al menos los ciudadanos están fortaleciendo las piernas y la capacidad cardiovascular marchando», es porque no han entendido lo que está empezando a aparecer, detrás de lo que está pasando…
Si te fijas, están empezando a salir muestras de solidaridad inesperadas entre venezolanos desconocidos que se apoyan. Hasta clínicas privadas, han atendido heridos sin costo.
Están apareciendo nuevos aliados de otras latitudes, que observan la lucha, y están empezando a aportar o manifestarse.
Están sucediendo actos de alineación ciudadana 100% espontáneos y en los cuales no está el liderazgo de ningún político. Se están dando conversaciones expansivas para encontrar soluciones comunitarias, entre personas que antes sólo se ocupaban de sus asuntos individuales.
Están sucediendo movilizaciones globales, con y sin ONGs involucradas para enviar insumos. Además, se están uniendo distintas clases sociales, en diversas regiones con un único objetivo: ¡Tener una Venezuela mejor!
¡Hay muchas situaciones que se están moviendo diferente a partir de las protestas! (Cuéntame tú, cuáles ves).
Necesitamos tener paciencia y hacer nuestra parte «con inteligencia, observación amplia y especialmente auto-observación».
Esto es un «proceso». Así que, creo que necesitamos menos héroes individuales momentáneos (que posiblemente perderemos) y más gente que escuche y que aporte sus esfuerzos en la sinergia colectiva.
¡Yo también quiero ver resultados inmediatos! Tanto en mi país, como en muchas otras áreas de mi vida que están cambiando.
Sin embargo, la pregunta que mi cabeza me hace aquí y que ahora comparto contigo es:
¿Estás empujado la piedra de tu realidad, con la consciencia de fortalecerte internamente, para volverte mejor pareja, papá, vecino, líder, profesional de lo que haces o ciudadano?
¿ O has estado prestándole atención a la voz que dice: «Haz lo mínimo, hazlo mal o no hagas nada»?
Sigamos fortaleciéndonos internamente. Hay piedras grandes, comunes a muchos y necesitamos sumar personas a empujar con inteligencia… ¡No perdamos la fe y la esperanza!
Cuando menos lo esperemos: «La piedra» empezará a fracturarse internamente, solita…
Esto aplica tanto para analizar las movilizaciones sociales de Venezuela, como para mirar nuestros proyectos, vivencias, relaciones… En los esfuerzos llenos de fe, los resultados pueden tardar, pero en el intermedio siempre salimos fortalecidos.
Puede que sea iluso, pero yo elijo mantener esa fe… ¿La compartimos?
Nos vemos en cada sueño por construir.
Gabriel Ruda – Conferencista Internacional
www.GabrielRuda.com / Instagram – Twitter – Facebook: @GabrielRudaPino