Estoy “movido” internamente ante la vida y la posibilidad de atreverme a hacer cosas que no he hecho.
Estoy “impactado” ante pensamientos que no había tenido y entre los que resuena mucho, adentrarme en nuevos escenarios profesionales, renovar algunas prácticas, cambiar radicalmente otras y tomarme más pausas largas para repensar…
Estoy “extasiado” mirando a mi hija cada vez que puedo y ella se deja, en mitad de su avidez por descubrir el mundo y aprender a verbalizarlo.
Estoy “más decidido” a alimentar las ganas de escribir, pintar, aprender de música, patinar, bailar, jugar basket en una cancha solitaria donde sólo escucho brisa.
Estoy “mirando” cada día más gente que me rodea, sólo para leer y escuchar qué sienten… Para contagiarme de sus ilusiones, para emocionarme con sus aprendizajes, para cachetearme con sus metidas de pata que resuenan con las mías.
Estoy “en escucha” de los mensajes ocultos de la vida que durante muchos años ignoré y que hoy retumban en mi cabeza.
Estoy “en concreción” de lo que se ha quedado rezagado en mi existencia por el exceso de enfoque en el trabajo.
Estoy “en muchas miradas simultáneas de todo lo que pasa”, especialmente en las no evidentes del corazón de quienes están…
Estoy en “espacio de entender mi espiritualidad” más allá de una oración, un ritual religioso, un salmo responsorial, un capítulo/versículo, una fecha en la que hay que cumplir con algo o un deber ser que no vibra dentro de mí…
Estoy en mí… En proceso de preguntarme ¿qué busco?, disfrutar lo que aclaro mientras voy buscando y deleitándome en lo poco que encuentro. Sin la ansiedad de que aparezcan respuestas tajantes, porque estoy cambiando tanto, que es imposible que algo sea definitivo en este momento.
Estoy «en este minuto», «en este sitio» escribiendo esto, pero estoy presente en todo lo que está pasando a mi alrededor también… Es como si no quisiera perderme de nada de lo que estoy viviendo.
Estoy “preguntándome, respondiéndome y dejando espacio para el silencio” de mis dudas, el silencio de mi tranquilidad y la fe de las respuestas que sé que vienen en camino y que alimentan mis anhelos.
Estoy dejando cada vez más espacio para bañarme, comer, escuchar, tener intimidad, compartir una conversa, con el tiempo y la presencia mental / emocional y física que necesito para disfrutarlo a plenitud.
Estoy “cuestionando” las carreras, el estrés, las discusiones y el gasto de energía innecesaria al que a veces nos sometemos en esta realidad y para los que me he prestado.
Estoy “arrepintiéndome y disculpándome”, por los espacios que me he perdido con gente que quiero y con la que no he compartido ni un chat desde hace mucho tiempo. (Por favor si estás en ese grupo, retomemos el contacto).
Dirás: «Gabo está poético» o se bebió / fumó algo.
¡No! La verdad estoy “en auto observación”, en replanteamiento de quién soy, qué es lo verdaderamente importante, qué es lo que ciertamente me llena, qué es lo que realmente concuerda con el que soy hoy.
Estoy escribiéndote, sin preocuparme qué pensarás. Sólo resumiéndote un poquito de los pensamientos de mis últimos meses, como profesional, como papá, pareja, como hijo, como hombre y como individuo…
¡Estoy! Más vivo que nunca… Especialmente hoy 22 de septiembre que celebro un año más de vida. Ya con eso me basta para estar agradecido.
Nos vemos en cada sueño por construir
Gabriel Ruda – Conferencista Internacional
Instagram, twitter y facebook: @GabrielRudaPino